lunes, 9 de agosto de 2021

MIASMA ESPIRITUAL: LA PEOR DE LAS ENERGÍAS


 MIASMA ESPIRITUAL: LA PEOR DE LAS ENERGÍAS

El mundo de las energías es extremadamente amplio Hoy hay varios estudios sobre todo tipo de energía. Las positivas, neutras, negativas, estructurar, etc. Mientras tanto, en cada una de estas transiciones experimentadas por todos nosotros, puede ocurrir el desarrollo del miasma espiritual, un tipo de vibración exclusivamente negativa que crea diversas consecuencias para nuestro plano físico y espiritual.
MIASMA ESPIRITUAL: ENERGÍAS
Antes de ir a fondo en miasma espiritual y en las larvas astrales, una categoría más avanzada, es interesante que dejemos claros el papel básico de las energías en nuestras vidas. Al principio, todo lo que vemos, escuchamos o experimentamos está compuesto de energías, es decir, nosotros mismos somos seres dotados y creados a partir de energías, ya sean buenas o malas.
Cuando mantenemos una buena relación con nuestros prójimos y creamos lazos de afectividad, tendemos a poseer buenas y positivas energías, a menos que catingas o simpatías estén hechas contra nosotros. En este caso, podemos estar lo suficientemente fuertes para romperlas o luchar contra ellas.
En otros casos, cuando nos dejamos llevar o cuando experimentamos una mala vida, lo que se desarrolla son las llamadas energías negativas. Solo en el plan inicial de espíritu, esta energía deja nuestra mente apática y puede distanciarnos o acercarnos a otras personas. Cuando estamos inmersos en una vida de energías negativas, tendemos a expulsarla y multiplicarla dentro de nosotros. En soledad la multiplicamos con pensamientos negativos. En colectividad, la expulsamos enviándolas a alguna persona cercana que se entristece por nuestra presencia.
En este punto, llegamos a los vampiros energéticos, seres que por el alto hábito a las energías negativas, son temidos por el plano espiritual y las personas que se acercan de estos se sienten incomodados, queriendo salir, alejarse. A veces tenemos un vampiro energético dentro de nuestra casa y no lo sabemos.
Sin embargo, además de estos principios básicos energéticos. Qué sucede cuando esta energía afecta nuestra vida, transformando no solo la mente, sino generando consecuencias para nuestro cuerpo físico? Bueno, en este punto estamos hablando del misterioso miasma espiritual. Qué sería?
MIASMA ESPIRITUAL: COMO DEFINIRLO?
El miasma espiritual nada más es que la vibración en su cuño negativo constante. La continuidad en nutrir pensamientos y acciones negativas hace que varios traumas sean arraigados. Cuando se ven estos con indiferencia y frialdad, es porque la energía negativa ya está tan instaurado, que comenzamos a crear miasmas espirituales, que comienzan a mostrar en nuestro cuerpo sus signos.
Los principales síntomas son mareos, vómitos, dolor de cabeza, dolor de riñón, ingle y rodillas. Cuando una persona realiza exámenes médicos y nada consta en ellos, y la amargura sigue creciendo en su vida, podemos pronto desconfiar de este factor. Varios baños espirituales y simpatías son esenciales para una purificación y para la reversión energética con el fin de destruir este miasma espiritual.
Miasma espiritual: las larvas astrales
Así como una fruta que pasa por el proceso de putrefacción, de descomposición, las energías también lo pasan. La energía negativa que se acumula lleva al miasma espiritual (descomposición) y, poco después, a las larvas astrales, los indicios directos de que la persona vive en total negatividad, sin encarar nuevas perspectivas de mejora o positividad.
Las larvas astrales, en una etapa avanzada del miasma espiritual, pueden ser reconocidas por la total apatía. Cuando se tiene solo el miasma espiritual, la persona todavía tiene la ′′ disposición ′′ para atormentar, es decir, no es tarea ardua repasar esa negatividad a los prójimos y ser como un imán para las cosas malas. Mientras tanto, cuando el miasma espiritual avanza a la etapa de larva espiritual, la persona se encuentra en tanta apatía que una depresión generalmente ronda su vida.
Esta depresión causada por las larvas espirituales puede mostrarse a través de una apatía muy grande, friez espiritual y corpórea, fiebres momentáneas, vómitos, diarreas, ansias sin explicación, espasmos, etc.
La casa de estas personas se convierte en un lugar embrujado, como si un muerto la habitara hace cientos de años. Incluso las paredes, que no están ligadas al cuerpo físico, pueden sufrir estas consecuencias (quedando mohadas y amarillistas), debido al aire que es respirado por la persona.

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