La concha de abulón es un elemento ritual, que forma
parte de la tradición espiritual de las tribus nativas, asentadas en
las costas norteamericanas.
Obtenida a partir del haliótido (molusco gasterópodo), la concha de
abulón u oreja del mar era empleada durante la celebración de antiguas
ceremonias indígenas de purificación.
Si bien existe una gran variedad de especies, dentro de la familia de
los abulones, generalmente la concha utilizada como objeto ritual es la
del haliotis fulgens (abulón verde), o la del haliotis rufescens
(abulón rojo).
La parte interior del caparazón de ambas especies se caracteriza por
un intenso brillo nacarado iridiscente, en el que predominan las
diferentes tonalidades del azul y el verde.
Nota: la pesca del abulón rojo está sometida a una
serie de restricciones por parte del gobierno de Estados Unidos de
América, en sus territorios.
La concha de abulón como instrumento ritual
Con la llegada de la Nueva Era, el uso de la concha de abulón
comenzó a popularizarse, más allá de las prácticas chamánicas, llegando a
utilizarse como instrumento ritual, amuleto, pieza de arte o de
joyería.
Empleada como amuleto o talismán, se cree que la concha de abulón es
capaz de proteger a su portador, además de ayudarlo mantener el
equilibrio emocional, y conectar con la serenidad.
Igualmente, al integrarla en rituales que involucren la quema de
hojas o madera, representará la presencia de los 4 elementos (Tierra –
especies vegetales; Aire – humo; Agua – concha; y Fuego, a sí mismo).
¿Cómo utilizarla en rituales de limpieza espiritual?
La forma más conocida de utilizar la concha de abulón en un
ritual de limpieza espiritual, está inspirada en la práctica de los
antiguos nativos americanos.
En este sentido, mientras se realiza un smudging o una purificación con ataditos de hierbas, se empleará la concha como recipiente para capturar las cenizas resultantes del proceso de quema.
El atadito o la madera se sostiene con la mano proyectiva o dominante
(la que se emplea para escribir), y el caparazón del molusco con la
otra mano (conocida como receptiva).
Una variante del proceso, implica dejar que la madera o el atadito
(encendidos), se incineren por completo en el interior de la concha, que
se ubicará sobre una superficie no inflamable, o se transportará
alrededor del área o persona a purificar, entonando mantras u oraciones.
Finalmente, la metodología que involucra más elementos tradicionales,
sugiere colocar la madera, las hierbas o el atadito (encendidos) dentro
de la concha de abulón, la cual será sostenida con la mano receptiva.
Al mismo tiempo, la mano proyectiva abanicará el humo hacia el
individuo o estancia a purificar, empleando para ello una pluma grande
(de ave). No olvides que, al manipular el fuego, es preciso observar
todas las medidas de seguridad correspondientes.
jueves, 9 de abril de 2020
Concha de abulón ¿Cómo utilizarla en limpiezas espirituales?
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